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jueves, 13 de noviembre de 2014

La planchadora

¿Cómo aprendí a centrar mis ideas planchando?

Pues fácil no fue, sólo así, de muchos días un día pasó y les platico cómo fue.

Un día lleno de estrés, enojos, malestares físicos, ya sea la espalda, la rodilla, la migraña y muchos más, miré la silla donde pongo la ropa para planchar, un montón de ropa multicolor de diversos tamaños, el cual, ya tenía ahí varios días, volvía a lavar y lo nuevo lo iba apilando, hasta que de tan alto dije, creo que ahora si "tengo" que planchar.  

Justo ese día me sentía bastante desanimada, no se si hormonal o espiritual, pero fue un día de esos días que uno quisera pasar rapidito y pensé, creo que planchando me "distraeré".


Inicié un tanto molesta por tener que hacerlo, sin embargo, a los pocos minutos empecé a sentir como mi frente y entrecejo se relajaban dejando ver las líneas provocadas por el gesto, veía la ropa y me imaginaba lo bien que se verían ya sea mi esposo o mi hija cuando se la pusieran, entonces pensé que si la planchaba enojada entonces la prenda absorvería mi enojo y cuando se la pusieran este entraría en el ánimo del portador, luego me dije, pero estás divagando o qué?, claro, que más, el ego que se mete entre el medio para romper el momento.

Y justo "decidí" planchar con ganas de planchar, total, de todos modos lo "tengo" que hacer, más me vale hacerlo con gusto.

Cada arruga que quitaba pensaba que era un sentimiento de esos que uno no quiere tener, entonces lo planchaba dos veces para así eliminarlo; al sentir el vapor pensaba que se evaporaban las angustias, enojos, miedos, ansiedades, etc., por los recuerdos, ya que, son sólo eso, recuerdos, ya no existen en mi presente y sin embargo cuántas veces los "hago" y los siento como si lo estuvieran...un ligero roce de la plancha a mi mano me recordó que  este era mi presente y agradecí que sólo fuera un rozón y así, de repente, llegó el "hubiera", ¿qué tal si me hubiera quemado más?, ¿qué hubiera hecho si mi hija está dormida y tengo que ir al hospital?, ¿qué hubiera pasado si me hubiera....? y así una ráfaga de futuro ansiolítico me sobresaturó!, pero, afortunadamente me dí cuenta, me di cuenta de que me estaba otra vez provocando "yo misma" todos esos sentimientos negativos, nadie más, yo sola y mi ego, claro...

Me dije, ok, pensar es inevitable, piensa uno todo el tiempo, pero uno puede decidir qué pensar no?, pues decidí en ese momento pensar en sólo planchar y así lo hice, me decía estoy planchando esta camisa, primero el cuello, listo, ahora la manga derecha y repasaba cada parte cuidadosamente, ahora la manga izquierda y que me llega otro pensamiento y que le digo gracias que yo sigo planchando, ahora un lateral y me fijo bien de que cada arruga quede alisada, con el vapor funcionando y me concentro en eso, sólo en planchar, llegaron más pensamientos, los cuales deje ir así de rápido como llegaron...

Al terminar, una hora después, me di cuenta de que planchando me sentía sensacional, que la ropa me había quedado bastante bien y que mi familia se vería estupenda con ella puesta, en ese lapso de tiempo viví sólo el presente, sólo lo que estaba haciendo, sin recuerdos entrometidos ni futuro incierto.

Cabe señalar que para mi antes planchar era algo así como un castigo terrible!!!, y ahora, planchar se ha convertido en algo así como hacer una meditación profunda o recibir un regalo lleno de bendiciones.

Ahora ya no "tengo" que planchar sino "quiero" planchar, podría hacerlo alguien por mi, como antes, sin embargo no quiero, es algo personal, la ropa de mi familia; se que sólo es un objeto, pero al traerlo puesto se convierte en un objeto con sentido para quien lo usa.

viernes, 31 de octubre de 2014

Oración para el amor

Vamos a compartir un bello sueño juntos: un sueño que querrás tener siempre. En este sueño te encuentras en un precioso día cálido y soleado. 
Oyes los pájaros, el viento y un pequeño río. Te diriges hacia él; en su orilla hay un anciano que medita y ves que, de su cabeza, emana una luz maravillosa de distintos colores. Intentas no molestarle, pero él percibe tu presencia y abre los ojos, que rebosan amor. 
Sonríe ampliamente. Le preguntas qué hace para irradiar esa maravillosa luz, y si puede enseñarte a hacerlo. 
Te contesta que hace muchos, muchos años, él le hizo esa misma pregunta a su maestro.

El anciano empieza a explicarte su historia:
«Mi maestro se abrió el pecho, extrajo su corazón, y de él, tomó una preciosa llama. Después, abrió mi pecho, sacó mí corazón y depositó esa pequeña llama en su interior. Colocó mi corazón de nuevo en mi pecho, y tan pronto como el corazón estuvo dentro de mí, sentí un intenso amor, porque la llama que puso en él era su propio amor.»


Esta llama creció en mi corazón y se convirtió en un gran fuego que no quema, sino que purifica todo lo que toca. Este fuego tocó todas las células de mi cuerpo y ellas me entregaron su amor. Me volví uno con mi cuerpo y mi amor creció todavía más. El fuego tocó todas las emociones de mí mente, que se transformaron en un amor fuerte e intenso. Y me amé a mí mismo de una forma absoluta e incondicional.

- Pero el fuego continuó ardiendo y sentí la necesidad de compartir mi amor. Decidí poner un poco de él en cada árbol, y los árboles me amaron y me hice uno con ellos, pero mí amor no se detuvo, creció todavía más. Puse un poco de él en cada flor, en la hierba y en la Tierra, y ellas me amaron y nos hicimos uno. Y mi amor continuó creciendo más y más para amar a todos los anímales del mundo. Ellos respondieron a él, me amaron y nos hicimos uno. Pero mi amor continuó creciendo más y más.



- Puse un poco de mi amor en cada cristal, en cada piedra, en el polvo y en los metales, y me amaron y me hice uno con la Tierra. Y entonces decidí poner mi amor en el agua, en los océanos, en los ríos, en la lluvia y en la nieve, y me amaron y nos hicimos uno. Y mi amor siguió creciendo todavía más y más. Y decidí entregar mi amor al aire, al viento. Sentí una fuerte comunión con la Tierra, con el viento, con los océanos, con la naturaleza, y mi amor creció más y más.


- Volví la cabeza al Cielo, al sol y a las estrellas y puse un poco de mi amor en cada estrella, en la luna y en el sol, y me amaron. Y me hice uno con la luna, el sol y las estrellas, y mi amor continuó creciendo más y más. Y puse un poco de mi amor en cada ser humano y me volví uno con toda la humanidad. Dondequiera que voy, con quienquiera que me encuentre, me veo en sus ojos, porque soy parte de todo, porque amo.


-Y entonces el anciano abre su propio pecho, extrae su corazón con la preciosa llama dentro y la coloca en tu corazón. Y ahora esa llama crece en tu interior. Ahora eres uno con el viento, con el agua, con lasestrellas, con toda la naturaleza, con los animales y con todos los seres humanos. Sientes el calor y la luz que emana de la llama de tu corazón.  De tu cabeza sale una preciosa luz de colores que brilla.

Estás radiante con el resplandor del amor y rezas:

Gracias, Creador del Universo, por el regalo de la vida que me has dado. Gracias por proporcionarme todo lo que verdaderamente he necesitado. Gracias por la oportunidad de sentir este precioso cuerpo y esta maravillosa mente. Gracias por vivir en mi interior con todo tu amor, con tu espíritu puro e infinito, con tu luz cálida y radiante.


Gracias por utilizar mis palabras, mis ojos y mi corazón para compartir tu amor dondequiera que voy. Te amo tal como eres, y por ser tu creación, me amo a mí mismo tal como soy. Ayúdame a conservar el amor y la paz en mi corazón y a hacer de ese amor una nueva forma de vida, y haz que pueda vivir amando el resto de mi existencia. Amén




Ruiz. M. Los cuatro acuerdos. 1998. Ediciones Urano. pp 33,34. 

sábado, 11 de octubre de 2014

La ayuda

Cada día nos trae nuevos aprendizajes, nuevas formas de vivir y estar en este planeta, en esta ciudad, en este momento.
El día de hoy fue uno de esos días en los que agradeces el poder aprender, sin quererlo, sólo así, aprender de lo que los demás tienen por enseñarte.

Estaba en el coche, con mi suegro a un lado; mi hija y mi suegra detrás, entonces me metí en una calle que no tenía salida, así que necesitaba regresarme, la calle era estrecha así que giré en una cochera (garage) para poder dar vuelta y salir, pero era tan corto el espacio y tras de mi había un poste de luz que tuve que regresar a la cochera, meterme un poco más y volver a girar; así le hice, sin embargo al girar para retomar la calle, se escuchó un fuerte ruido, !PUM!, como si hubiera caido en algún agujero, mi suegro se baja y ve la parte derecha delantera del auto y hace una cara de, !Dios mío que ha hecho!

Me dice, será mejor que bajes y veas, a mi se me estremeció el cuerpo ya que era el auto de mi esposo y aún así bajé, al ver, NO VI NADA fuera de lo normal, por arriba todo parecía estar en orden, pero al agacharme, hincarme y ver debajo del auto, me di cuenta que estaba en un problema...
El eje delantero se había quedado "atorado" en una pequeña barda que no había visto, así que la llanta derecha casi no tocaba el piso, por lo que no podía hacer su función de tracción.

Necesitábamos algo de soporte para poder salir, entonces, un auto con dos hombres que vieron lo que sucedía se detuvieron y bajaron para ofrecer su ayuda, me quedé gratamente sorprendida...mi suegro fue a un pequeño taller que vio y pidió ayuda, vinieron dos hombres con dos bloques grandes de cemento en forma de cuadrado para poner tras la llanta, así lo hicieron, di marcha atrás pero no se logró hacer nada... mi niña, con su mirada luminosa me dice: no hay problema mamá estas cosas pasan....me enterneció la forma en la que me quería decir, aquí estoy, no pasa nada, vas a salir de esto...

En eso, recordé que tenemos un servicio de ayuda automovilística y le dije a mi suegra que llamara para pedir ayuda, pero, en un instante, sólo en un instante la situación cambió...un hombre que paseaba a su perrito (me hizo recordar a Bruno, un pequeñito amigo de una amiga) dijo: ¿porqué no levantan el coche?, meten el bloque de cemento bajo la llanta, así el coche sube y se "desatora" y puede moverse.  


Idea genial!, buscamos en el auto y no había gato (aparato que sube el coche para cambiar llanta o neumático)...el hombre joven dice, yo tengo uno y fue a su taller por él pero era muy pequeño...(es el que está hincado a la izquierda leyendo las instrucciones del coche)

Héroes sin rostro ni tiempo
Para ese entonces una vecina de ahí y su esposo habían salido a ver qué era lo que pasaba en su tranquila calle y él, sin decir palabra, fue a su casa y trajo un gato para poder subir el coche, pensé, pero...¿¿¿cómo??? ¿¿así??? ¿tan fácil?? si soy un extraño ¿porqué brinda ayuda??, los ojos empezaron a querer inundarse pero rápidamente logré controlar aquel espaviento emocional. 


Entonces en un instante, todos hablaban, felices, de cómo maniobrar para salir de ahí, todo me hablaban al unísono en un idioma que no es el mío, mis manos empezaron a temblar de la angustia de hacer algo equivocado y fallar, entonces, mi suegra, en un momento de bondad, se puso a un lado mío, en la ventana del conductor por fuera a traducirme lo que los hombres me decían que debía hacer para sacar el auto de ahí.

Gira a la derecha, retrocede, lento, muy lento, ALTO!, ahora hacia adelante, ALTO!, otra vez hacia atrás y mientras tanto el pipipipipi de los sensores del coche no dejaban de aturdir mi concentración...

De repente el coche, siguiendo paso a paso las indicaciones ¡¡quedó libre!!!, al ver que todo estaba bien, respiré, apagué el motor, tomé la llave, me bajé y sentía que estaba a punto de llorar como si fuera a explotar de emociones incontroladas...

Entonces, siguiendo mi intuición, fuera de las normas y "reglas sociales" de esta sociedad, empecé a abrazarlos a todos!!!, se quedaban tiesos al principio, como estatuas, pero al ver que lo hacía llena de agradeciento, respondían cariñosamente al abrazo, la mujer, que permaneció alejada todo el tiempo, me veía, corrí hacía ella, le dije: ¿la puedo abrazar? y ella, sin palabras, sólo abriendo sus brazos, me dio la respuesta, fue un abrazo tan amoroso que no puedo expresarlo con palabras, me sentí completamente abrazada y con sentimientos por una persona que jamás en mi vida había visto, pero con la cual a pesar de la distancia, había hecho una conexión que no se da por cercanía si no por afinidad...

Las manos me temblaban, la mujer me decía con ojos llenos de amor: todo está bien, ahora todo está bien... mi hija vino corriendo y al verme abrazarla y también quiso hacerlo y ella amorosa, le correspondió...

Agradecí a todos, bendije a todos y nos marchamos, en ese momento estaba completamente llena de amor y agradecimiento...

Aprendí, otra vez, el agradecer cada instante lo que se tiene y lo que se recibe, sin cuestionar, sin dudar, sólo tomarlo, agradecer y bendecir este hermoso regalo.

Por eso, hay que ayudar aunque no te pidan ayuda, si el otro la rechaza, no lo des, ya que tal vez no la necesite como tú crees, pero si lo hace, ¡¡da a manos llenas!!.

Esta sociedad es de intercambio, que me das, que te doy, que te doy, que me das, así hemos funcionado durante mucho tiempo... bastante diría yo...

Crees que podríamos, tú, yo, todos, empezar a dar, ¿¿pero sin esperar recibir??, sería un nuevo aprendizaje que nos llenará de amor incondicional, ese amor que todo lo puede porque todo lo da...