En tiempos de crisis a veces es más fácil ver hacia afuera que hacia adentro, esto es por una lógica incomprensible que intentaré dilucidar.
Una palabra actual es "pandemia", otra es "cuarentena total" o "cierre de negocios" o "toque de queda" y muchas otras más. Las hemos escuchado tantas veces que de a poco van perdiendo la esencia de lo que en ellas se encuentra, sin embargo, a raíz de todo esto he aprendido sobre mi y mi actuar más de lo que pensé podría aprender...
Ayer domingo 13.12.20, en Alemania se anunció que el próximo miércoles 16.12, o sea en dos días, habrá un cierre total de negocios, excepto supermercados, farmacias y servicios médicos, debido al creciente número de contagios debido al COVID19, se hizo un llamado a la población a no realizar compras excesivas para evitar el aglomeramiento en centros comerciales o centros de las ciudades.
¿Cuál fue el resultado de esto? justamente lo que se esperaba, personas saliendo de forma acelerada a comprar regalos de navidad, formando largas filas afuera de los locales comerciales, saturación y largas filas en las estéticas para "embellecerse" y estar listos para las fiestas, desabasto de algunos productos de consumo básico, estrés colectivo, etc.Al observar esta situación, mi primera reacción fue: necesito comprar aquello que me hace falta, incluyendo regalos, mi segundo pensamiento fue, ¿qué me hace falta comprar?, el tercero fue ¿en realidad necesito comprar esto o aquello? o ¿me estoy dejando llevar por el momento?, ¿cómo el entorno influye en mi?, y otros pensamientos interrogantes por el estilo...
Me di cuenta en cuestión de minutos, afortunadamente, cómo puede uno ser llevado como una hoja a merced del viento, de un lado a otro, modificando los sentires a raíz de lo escuchado o visto. Las sociedades donde vivimos nos condicionan a reaccionar de una u otra forma y esto muchas veces es invisible para el inconsciente, simplemente lo tomamos y hacemos nuestro, promoviendo así que la masa crítica aumente potencialmente...y todo esto solo así... haciendo por hacer, no deteniéndonos a hacer una pausa para interiorizar y desechar todo aquel lastre que se desea carguemos, volviéndonos dependientes consumidores...
Me ha tomado tiempo salir de esta "zona de confort" conocida (consumismo) y rescatar aquello que deseo siga permaneciendo, en estos tiempos de crisis como el poder visitar un mercado de navidad, los cuales actualmente están cerrados.Y porqué no, tomar la bebida típica navideña de estos rumbos, el "Glühwein", vino tinto o blanco caliente con especias que es verdaderamente bienvenido para calentar el corazón, y las manos, en una noche invernal.