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martes, 7 de octubre de 2014

¿Ya saliste del cascarón?

Hoy estaba viendo una caricatura con mi hija, eran unos animalitos bebés que vivían una aventura, había un patito negro, claro, que tenía en la cabeza una parte de su cascarón que no acababa de dejar.

Su amigo, al parecer el más cercano, tenía un casco de futbol, en señal de solidaridad, empatía o simplemente para acompañar a su amigo en su "extraña" circunstancia.






También había un personaje femenino, no podía faltar, el cual iba y venía al son de las circunstancias del patito, haciéndole ver lo que valía para ella y él,  escondiendo sus emociones "protegido" por su cascarón.

El patito negro no quería dejar esa parte de su cascarón, lo protegía, se sentía dentro de "algo" que no atinaba a descubrir, pero se sentía "seguro" "protegido", si bien no sabía de qué o de quién.  Su amigo, con su casco, lo hacía sentir "parte de", dentro de lo "normal"...y su amiga, lo fortalecía en su autoestima, fortaleciendo la suya...


Al ver estas imágenes y medio entender los diálogos que estaban en alemán, de repente me sentí como los personajes.
Primero me sentí el patito negro, ráfagas de imágenes combinadas con sentimientos y pensamientos me hicieron recordar cómo tantas veces me he sentido como ese patito, queriendo estar dentro, protegida, segura, sin temor, si, así me he sentido y me sigo sintiendo muchas veces, en mi zona de "confort" como lo llaman los que saben, ahí nadie puede dañarme, ahí soy yo, para mi...sin embargo es una navaja de doble filo, si estoy dentro, protegida, entonces ¿cómo puedo SER?, cómo puedo aprender desde la seguridad de mi cascarón?, ¿es en realidad mi cascarón seguro? o ¿es un espejismo que me hace pensar que así es?



Luego me sentí el amigo con su casco, solidario, apoyando al amigo, haciendo empatía para poderle demostrar que estoy ahí para él, para ella, tratando de dar, de comprender, de amar de tal forma que el otro lo sienta... aun sin quererlo, estoy presente aun cuando no lo esté... la parte del amor que no te piden, pero que das sin cuestionar, sin juzgar, sin pensar en la reciprocidad, sólo dar....

Es pasar la línea delgada entre lo que deseas decir y lo que la persona desea escuchar, ya que, las palabras dichas con amor y bondad así son escuchadas por  el espíritu que las anhela, que las re conoce, más no por los egos que las transforman en crítica y falta de empatía, ahí, en ese punto es mejor SER que dejarte ser...




Finalmente, me puse el vestido de la "chica", interesada en el bienestar y en generar amor en el otro, sabiendo que ella misma es la que lo desea...
Abierta para dar, para abrir el corazón al amor, a la cercanía de una palabra, de una sonrisa, de una mirada que le de la certeza de que está en y con la "persona" que desea estar, ese momento en el que se re conectan dos seres que tal vez, solo tal vez, ya se habían encontrado antes...

Es maravilloso, para mi, el haber aprendido tanto gracias a unos dibujos encantadores llenos de significados.  Mi mirada empieza a abrirse, hay tantos mensajes que hablan de esto: abrir la mirada, estar atentos, ver con otros ojos... poco a poco voy comprendiendo que los aprendizajes, que ya tengo, están empezando a despertar, están empezando a marcar el camino y a despejarlo para poder transitarlo con firmeza, descubriendo  la posibilidad de reconocer que, aunque me equivoque, aunque no tenga todas las respuestas, si tengo la certeza de que este camino es el que deseo recorrer, aprendiendo día a día a abrirme al amor incondicional que va más allá de lo que se pueda pensar o imaginar...



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