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domingo, 4 de febrero de 2018

Liberando apegos...

Ayer tuve un sueño; estaba en algún lugar y me moría; al morirme sentía miedo, confusión, no me quería ir, quería quedarme aquí, en el mundo de los vivos, con mis hijos, con mi "vida", recuerdo la sensación de soledad y vacío, mezclada con incertidumbre y temor, una buena mezcla...









Entonces, de repente se me presentó la imagen de un gran amigo con el cual aprendí una bella enseñanza que es La Meditación de la Llave Mariana, en dicha enseñanza se ayuda a las almitas que han fallecido para que encuentren el camino a casa, a la casa del padre/madre creador; de forma amorosa les mostramos el camino, para que continúen con su evolución, supongo que por este motivo se me presentó.

Él me estaba llamando, me estaba invitando a acercarme y así lo hice, sentí como él se mezclaba con mi espíritu enseñándole las maravillas del mundo que me esperaba, empecé a sentir mucha paz, armonía y calma...pero algo me detenía, mis recuerdos...lo que dejaría si aceptaba este camino...el llamado era firme y amoroso, la sensación de paz absoluta me inundó por completo y me dejé llevar...al estar a punto de llegar "al lugar", casi entrando, mi hija, que estaba dormida en su habitación, gritó muy fuerte: Mamá!!!, en ese instante sentí que recorrí km de regreso en tan solo unos segundos, abrí los ojos y pregunté, ¿todo bien?, sin obtener respuesta, ella estaba profundamente dormida...

La sensación de conexión entre ambas fue maravilloso, como si ella en sus sueños sintiera la "pérdida" e hiciese el llamado para evitar que yo me fuera...no es la primera vez que nos sucede...la sensación que me quedó fue de paz, de aprendizaje y certezas, de calma y completud...

Me di cuenta de la importante labor que se realiza al ayudar/facilitar/allanar, el camino a estas almitas que por alguna razón se encuentran perdidas entre ambas dimensiones, y nosotros con un ejercicio consciente, las ayudamos a llegar a su destino, logrando así su evolución.

Nada sucede  sin alguna razón, en este caso lo veo, como si me mostrasen lo que siente un alma en ese momento, en carne propia, para así empatizar, por decirlo de alguna forma, con aquellos que han partido, que más allá de verlos como "fantasmas", hay que verlos como seres que buscan un lugar a donde ir y que les cuesta liberarse de los apegos que en vida tuvieron...

Me di cuenta que lo que no quería dejar, y por lo cual no me quería ir, eran mis apegos, mis necesidades no resueltas que como lastre se cargan; ¡cuan sencillo sería liberarse y avanzar!...

En palabras se muestra utópico, inalcanzable, ya que hemos sido educados en y a través de apegos y dependencias emocionales que nos atan, sin embargo creo que el momento en el que uno se da cuenta de ello, la primera puerta se abre, mostrándonos que hay manera de sanar y liberarse, la decisión depende de uno: seguir caminando con lo ojos cerrados o abrir esa primera puerta que nos encaminará hacia la libertad...claro, fácil no es...el punto es, ¿lo haré?



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