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domingo, 7 de julio de 2019

Enráizate...

Al nacer se nos regala un cuerpo, con este vivimos nuestro camino, crecemos, aprendemos y un día lo volvemos a dejar.

En este proceso suceden varias situaciones que nos enseñan cómo desarrollar nuestros días, cómo afrontar y enfrentar los retos, así como agradecer las bondades recibidas.

Cada persona que llega a nosotros es un maestro, nuestros padres, hermanos, hij@s, familia cercana, círculo de amigos, compañer@s de trabajo, desconocidos que nos cruzamos en los caminos, incluso los animalitos, en fin, todo aquel que por un instante compartió nuestro campo de luz y dejó huella en nosotros, a veces dejando sonrisas, a veces dejando lágrimas.

Para transitar en la vida, nuestro cuerpo se enraizó.  La primera raíz tal vez fue la primera sensación de contacto físico con nuestra madre/padre, el sentir que se pertenece y se es aceptado en ese círculo seguro, más hay quienes no lo vivieron así y sin embargo también les creció esta primera raíz.  Cada contacto, palabra o emoción recibida se ramificó; cada rechazo, golpe, herida o caída; cada éxito, meta alcanzada, se ramificó.  

Sin embargo, hay otras raíces que no son nuestras, sino de nuestros padres, o personas que nos vieron crecer, incluso de nuestros ancestros.  Sus raíces se mezclaron con las nuestras, aún sin quererlo, y nos alimentamos de SUS deseos, anhelos, expectativas, frustraciones, dramas, etc.

Al alcanzar la madurez espiritual, la mirada se abre, es abarcativa y selectiva, despierta la parte adormecida y se modifica  el: "la vida es así" por "mi vida es así", tomando las riendas de mis actos y caminando en congruencia con aquello que me ayude a crecer, liberando aquello que me sigue enraizando a lo que mío no es.


"Mi vida" está compuesta por todo aquello que me ha sucedido, claro está, pero esa no es un ancla que me ate, solo ES; mi ahora, mi YO en Este espacio, es quien decide quedarse ahí anclado o soltar, liberar y agradecer aquello para empezar a avanzar en MI propio camino, el construido por mi, por mis actos, creando mis propias raíces...

alega



viernes, 31 de mayo de 2019

Deseos...

Hoy deseo tomarte de la mano, 
fusionarme con tu alma,
impregnarte de palabras, 
y abrazarte sin hacerlo.


Hoy deseo caminar sin rumbo fijo, 
culminar con las ausencias,
abrigarme en un abrazo,
y desmancharme del pecado.


Hoy deseo despertar de mis silencios,
soltarte desde adentro,
pintarme de arcoíris 

y esparcirme con el viento.

Hoy deseo... hoy deseo, escaparme de deseos...


alega

domingo, 26 de mayo de 2019

No me dejes caer en la tentación...


No me dejes caer en la tentación, dice el Padre Nuestro en su parte final, esto es tan abarcativo que a veces te enfocas y das como cierto lo que la palabra Tentación significa para ti y para otros, como te fue enseñada desde el paradigma religioso: no te dejes caer en el pecado de la carne, el cual proviene de la oscuridad…

Sin embargo,  también incluye,
          No caer en la tentación,
-       de hablar mal del otro,
-       de utilizar el drama como aire que se respira,
-       de Sentirme superior porque sé algo que los demás no saben, y se los hago sentir,
-       de menospreciarme o sobrevalorarme,
-       de utilizar la palabra para mentir o engañar,
-       de dañar mi cuerpo,
-       de ser abusivo con los que son diferentes a mi,
-       de sufrir a causa de la culpa…

Y así, todas aquellas actitudes que pueden socavarme, de las cuales a veces es difícil salir por falta de caridad y auto reconocimiento.

No obras para el otro, obras desde ti para que el otro lo reconozca y cuando esto sucede es tu ego el que habita, no tú, la línea es muy fina, el horizonte no es lejano, ES, la lejanía la capta tu mirada cuando te enfocas en lo que quieres y no en lo que eres…

Y no me dejes caer en la tentación Padre, en cualquier tentación…

alega